Estudios realizados con ratones demuestran que es posible borrar de forma selectiva recuerdos no deseados.

Científicos del Medical College de Georgia en Augusta y la Universidad del Este de China en Shanghai removieron selectivamente un recuerdo en el cerebro de un ratón, relata el reporte que aparece en el número 23 de Neuron.

El discernimiento de tal experimento podría llevar al diseño de terapias que eliminen los recuerdos traumáticos de una persona que padecen estrés postraumático o eliminar la adicción psicológica de un drogadicto y evitar así recaídas.
 
Neurona. Propiedad de Gunilla Elam.

"Nunca debemos pensar que los recuerdos son fijos", dice Howard Eichenbaum, un neurocientífico de la Universidad de Boston, "Estos son constantemente renovados y reestructurados".

Joe Tsien, un neurocientífico en el Colegio Médico de Georgia, y sus colegas genétistas experimentaron en un ratón con una versión modificada de una proteína llamada proteína cinasa alpha-calcium/calmodulin-dependent II, o alfa-CaMKII.

Alfa-CaMKII, una enzima, es un tipo de proteína reguladora que rige la actividad de otras proteínas. Investigaciones anteriores habían demostrado que el alfa-CaMKII participaba en el aprendizaje y la memoria. Fue así como la investigación de Tsien y sus colegas se centro en conocer en qué fase de la memoria la enzima Alfa-CaMKII es importante. Tales etapas de la memoria incluyen aprender algo nuevo y a continuación: procesamiento, recuperación y almacenamiento de la información.

Los científicos ahora están empezando a aprender más acerca de cómo los recuerdos se hacen y se almacenan. Posiblemente los recuerdos son formados a través de interacciones de sustancias químicas del cerebro y la evolución de las conexiones entre neuronas. Pero saber exactamente cómo se forman los recuerdos y la forma física que tiene la memoria sigue siendo un misterio.

Los científicos pueden utilizar sustancias químicas para bloquear la actividad de una enzima, pero la mayoría de las enzimas quinasa son iguales, así que la mayoría de los productos químicos inhibidores tienden a impedir que la actividad de todas las enzimas quinasas en el cerebro. Tsien soluciono este problema al elaborar una cavidad oculta en alfa-CaMKII. El inhibidor químico actua en la cavidad oculta y bloquea alfa-CaMKII de hacer su trabajo, pero no interfiere con la acción de otras enzimas. Mediante la ingeniería genética es posible manipular la actividad de proteínas, con lo cual los investigadores aprendieron que alfa-CaMKII es importante para recordar recuerdos.

Los investigadores encontraron que la modificación de la actividad de  alfa-CaMKII borra recuerdos que están siendo recuperados, y con ello la eliminación en la memoria de lo que se recuerda.

Los investigadores colocaron un ratón en una cámara y reproducieron un sonido, a continuación, conmocionaban ligeramente los patas del ratón. El animal aprendió a asociar la cámara y el sonido con un choque eléctrico y aterrarse cuando entraba en la cámara o escuchaba el sonido.

Los investigadores repitieron las condiciones del experimento, alterando la actividad de la enzima alfa-CaMKII. Al colocar el ratón en la cámara, pero no reproducían el sonido, la memoria se vio alterada. Al realizar de nuevo la prueba, el ratón se olvidó de aterrarse el momento de colocarse en la cámara, pero aún se asustó al escuchar el sonido. Los resultados muestran que la supresión se limita sólo a la parte de la memoria que recuerda.

Eichenbaum no está convencida de que Tsien y sus colegas han borrado los recuerdos de los ratones. La modificación de una memoria a fin de que no se puede recordar, en determinadas circunstancias, puede producir resultados similares, dice

Pero si los productos químicos pueden ayudar a alguien a olvidar los recuerdos traumáticos, puede ser irrelevante si los recuerdos son enteramente borrados o alterados más allá de reconocimiento, dice Eichenbaum.

-Pildoras para borrar la memoria son todavía ciencia ficción, subraya Tsien. Y añade que esta técnica nunca sera usada en las personas ya que implica la ingeniería genética de una proteína del cerebro, dice. Sin embargo, investigaciones futuras podrían revelar otras formas de olvidar selectivamente.

§ Science News | Artículo en PDF en la revista Neuron