Créditos: Stefan Krasowski |
Los niveles más altos de radioactividad se detectaron en leche, setas, bayas y carne. A modo de ejemplo, las muestras de leche recogidas a 200 kilómetros de distancia de Chernobyl contenÃan niveles de cesio-137 por encima del lÃmite permisible establecido para el consumo de adultos, y muy por encima de los lÃmites establecidos para los niños. Beber o comer cualquiera de estos alimentos aumentará el riesgo de contraer algún tipo de cáncer, aunque el aumento del riesgo varÃa de una persona a otra.
Es evidente que la radiación del desastre se ha distribuido en el ecosistema local de una manera completa, y no sólo en términos de cultivos comestibles. El informe menciona que más de 1,100 incendios forestales se produjeron entre 1993 y 2013 en la zona, lo que significa que la radiación de la explosión, inicialmente absorbida por la vegetación, ha sido redistribuida.
Dejar de consumir tales alimentos contaminados es más difÃcil de lo que parece. Con un economÃa en apuros ofrecer productos saludables es cada vez más difÃcil. Y las aparentes soluciones sólo han servido para agravar las cosas.
La investigación sólo ha servido para poner de relieve los problemas que provocó el desastre nuclear de Chernobyl en realidad. Sin embargo, vale la pena señalar que los accidentes nucleares son realmente muy raros y este evento en particular fue causada por una preocupante falta de procedimientos de seguridad y un diseño de reactor soviético enormemente deficiente.
El segundo desastre nuclear más catastrófico del mundo -el incidente de Fukushima provocado por un tsunami en 2011 frente a la costa de Japón - ha sido, gracias a una combinación de trabajo duro y constancia, en gran medida contenido. No se pudo contener una décima parte de la radiación comparada con la producida en Chernobyl, sin embargo la mayorÃa termino en el mar.
Referencia:
- Robin Andrews, "Here's What Food Grown Near Chernobyl Is Like, 30 Years After The Nuclear Disaster", ILFScience
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