Este concepto surgió en la década de 1960, cuando investigadores observaron por primera vez que la célula podrÃa destruir sus propios contenidos encerrándolos en membranas, que son transportadas a un compartimiento de reciclaje, las lisosomas, para su posterior degradación. Fue hasta la década de 1990, Yoshinori Oshumi usando levadura de panadero identificó los genes esenciales para la autofagia. A continuación, dilucidó los mecanismos subyacentes de la autofagia en la levadura y mostró que el funcionamiento era muy similar al de nuestras células.
Los descubrimientos de Oshumi condujeron a un nuevo paradigma en la comprensión de cómo la célula recicla su contenido. Sus descubrimientos abrieron el camino para la comprensión de la importancia fundamental de la autofagia en muchos procesos fisiológicos, tales como en la adaptación a la inanición o la respuesta a la infección. Las mutaciones en los genes autofagia pueden causar la enfermedad, y el proceso de autofagia está involucrado en una serie de condiciones como el cáncer y enfermedades neurológicas.
Degradación - una función central en todas las células vivas
En los 50´s cientÃficos descubrieron los lisosomas, un orgánelo con enzimas que digieren proteÃnas, carbohidratos y lÃpidos. El cientÃfico belga Christian de Duve fue galardonado con el Premio Nobel de FisiologÃa o Medicina en 1974 por el descubrimiento de lisosomas. Las nuevas observaciones durante la década de 1960 mostraron que grandes cantidades de contenido celular, incluso orgánelos enteros, a veces se podÃan encontrar en el interior de los lisosomas. Por tanto, la célula parecÃa tener una estrategia para la entrega a los lisosomas. El análisis adicional bioquÃmico y microscópico reveló un nuevo tipo de lisosomas útil para la degradación. Christian de Duve, el cientÃfico detrás del descubrimiento del lisosoma, acuñó el término autofagia, "auto-alimentación", para describir este proceso. Las nuevas vesÃculas fueron nombrados autofagosomas.Investigadores durante la década de 1970 y 1980 encontraron otro sistema utilizado para degradar proteÃnas, el "proteasoma". Dentro de este campo de investigación Aaron Ciechanover, Avram Hershko e Irwin Rose fueron galardonados con el Premio Nobel de QuÃmica 2004 por "el descubrimiento de la degradación de proteÃnas mediada por ubiquitina". El proteasoma degrada las proteÃnas de manera eficiente, una por una, pero este mecanismo no explicaba cómo la célula se deshace de proteÃnas complejas y orgánelos. PodrÃa el proceso de autofagia ser la respuesta y, si es asÃ, ¿cuáles eran sus mecanismos?
Un experimento innovador
Yoshinori Oshumi al iniciar su propio laboratorio en 1988, centró sus esfuerzos en la degradación de proteÃnas en la vacuola, un orgánulo que corresponde a los lisosomas en células humanas. Las células de levadura son relativamente fáciles de estudiar y por lo tanto a menudo se utilizan como modelo para las células humanas. Son particularmente útiles para la identificación de genes que son importantes en sistemas celulares complejos. Pero Oshumi se enfrentó a un reto importante; células de levadura son pequeñas y sus estructuras internas no se distinguen fácilmente bajo el microscopio y por lo tanto no estaba seguro si la autofagia existÃa en este organismo. Oshumi razonó que si pudiera perturbar el proceso de degradación en la vacuola, mientras el proceso de autofagia estaba activo, entonces autofagosomas deberÃan acumularse dentro de la vacuola y hacerse visibles bajo el microscopio. Por lo tanto, cultivó una levadura con mutación la cual carecÃa de las enzimas de degradación vacuolar y al mismo tiempo estimulaba la autofagia. Los resultados fueron sorprendentes, en cuestión de horas, las vacuolas se llenaron de pequeñas vesÃculas que no habÃan sido degradadas. Las vesÃculas eran autofagosomas y el experimento de Oshumi demostró que existÃa autofagia en las células de levadura. Pero aún más importante, que ahora tenÃa un método para identificar y caracterizar los genes clave involucrados en este proceso. Esta fue uno de los principales logros de Oshumi quien publicó los resultados en 1992.Descubrimiento de los genes de la autofagia
Oshumi uso las cepas de levadura manipuladas en las que autofagosomas se acumularon durante la inanición. Esta acumulación no debÃa ocurrir si los genes importantes para la autofagia no estuvieran inactivos. Oshumi expuso las células de la levadura a una sustancia quÃmica que introdujo al azar mutaciones en distintos genes hasta deducir los genes responsables de la autofagia. Un año después del descubrimiento de la autofagia en la levadura, Oshumi identificó los primeros genes esenciales para la autofagia. En posteriores series de estudios, las proteÃnas codificadas por estos genes se han analizado funcionalmente. Los resultados mostraron que la autofagia es controlada por una cascada de proteÃnas y complejos de proteÃnas, cada una funciona en una etapa distinta de la autofagia.Después de la identificación de los mecanismos de la autofagia en la levadura, una cuestión clave se mantuvo. ¿HabÃa un mecanismo correspondiente para el control de este proceso en otros organismos? Pronto se hizo evidente que los mecanismos son prácticamente idénticos en nuestras propias células. Las herramientas de investigación necesarias para investigar la importancia de la autofagia en los seres humanos ya estaban disponibles.
Gracias a Oshumi y otros siguiendo sus pasos, ahora sabemos que la autofagia controla importantes funciones fisiológicas para la degradación y reciclaje de componentes celulares. La autofagia puede proporcionar con rapidez energÃa y bloques de construcción para la renovación de los componentes celulares, y por lo tanto es esencial para la respuesta celular a la inanición y otros tipos de estrés. Después de la infección, la autofagia puede eliminar la invasión de bacterias y virus intracelulares. La autofagia contribuye al desarrollo embrionario y la diferenciación celular. Las células también utilizan la autofagia para eliminar las proteÃnas y orgánulos dañados, un mecanismo de control de calidad que es fundamental para contrarrestar las consecuencias negativas del envejecimiento.
Alteraciones de la autofagia se han relacionado con la enfermedad de Parkinson, diabetes tipo 2 y otros trastornos que aparecen en ancianos. Las mutaciones en los genes autofagia pueden causar enfermedades genéticas. Las alteraciones en la maquinaria de la autofagia también se han relacionado con el cáncer. Una intensa investigación está en curso para desarrollar fármacos que puedan dirigirse a la autofagia en diversas enfermedades.
La autofagia se conoce desde hace más de 50 años, pero su importancia en la fisiologÃa y medicina solamente fue reconocido después de la investigación realizada por Yoshinori Oshumi en la década de 1990. Por sus descubrimientos, se le otorga el Premio Nobel de este año en fisiologÃa o medicina.
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